Bajo este nuevo escenario, la construcción sostenible y la rehabilitación económica se han posicionado como dos de los ámbitos en auge para la economía española. Así lo constata el último informe presentado por Caixabank Research. A esta recuperación se une el Plan de Recuperación Europeo Next Generation EU (NGEU), dotado con 750.000 millones de euros y en el que se apuesta por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
El confinamiento puso en relieve varios aspectos a tener en cuenta para las nuevas construcciones a nivel energético. Según los últimos datos del estudio presentado por la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), cuatro de cada cinco edificios en España no son enérgicamente eficientes, es decir, que no cuentan con los niveles adecuados de aislamiento térmico, o que, incluso, carecen de él.
En este sentido, la cuarentena también ha subrayado las carencias funcionales de muchos hogares. Los edificios sostenibles, además de conllevar un ahorro para las personas que viven en ellos, se adaptan mejor a las necesidades actuales del público, entre las que está la importancia del cuidado del medio ambiente.
Este contexto, junto a las nuevas demandas del mercado, entre las que destacan la apuesta por la sostenibilidad y el ahorro energético, realzan las ventajas de la cerámica como material de construcción.